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ernestoxy

San José del Carmen

Actualizado: 11 mar 2023


Como bien saben amigos, mi meta es darles a conocer los lugares, y tradiciones del pequeño y maravilloso Estado de Colima, y de sus alrededores. Me enfoco principalmente (Por ahora) en un municipio que ha tenido más difusión debido a Juan Rulfo y a su obra: “El Llano en Llamas” y “Pedro Páramo”, sobre todo desde que murió, pues ayudó a que se conociera la existencia de Comala a nivel internacional, a Alberto Issac (Defeño con corazón Colimota) que realizó algunas películas en Comala, como “El Rincón de las Vírgenes” con Emilio “El Indio” Fernández, Alfonso Arau, Carmen Salinas, Rosalba Brambila, Andrés Soler etc. y artistas colimotas que lograron el reconocimiento mundial como Alejandro Rangel (Pintor y diseñador) nacido en Nogueras y a Alfonso Michel (Pintor) y pariente de mi mamá, él no es Colimote, pero aquí vivió muchos años, los Michel de la familia de mi mamá son de la zona de Tuxcacuesco y Tonaya, cercanas al lugar del que hoy les platicaré, que ya pertenecen al Estado de Jalisco actualmente. En esta ocasión, nos fuimos a conocer un poco más hacia el estado de Jalisco, y llegamos a un pueblito gracias a mi hermano, que escuchó del lugar y que se festejaban las fiestas patrias ese lunes 18 de septiembre. El lugar se llama San José del Carmen, en donde nos quedamos a ver las festividades. Llegando me llamó la atención lo pequeño del lugar, y que ofrecerían de comer a toda la gente, costumbre que me platicó mi amiga Susana Medrano es frecuente en lugares de Jalisco como Tapalpa, Mazamitla etc. Se acostumbra que entre comunidades se ayuden con la comida que se ofrece en diversas festividades. No supimos quien pagaba aquí la comida, pero ya habíamos comido y nos excusamos para no hacer sentir mal a nuestros anfitriones quienes amablemente nos recibieron e insistieron en darnos un lugar en la enorme mesa dispuesta para la ocasión. Cámara en mano nos ubicamos en un buen lugar para presenciar los concursos de jinetes. Hace ya tres meses que vivo en Montreal. Tras la impresionante experiencia de haber vivido un par de años en plena Ciudad de México, me preguntaba qué tan animada encontraría la atmósfera de una ciudad mediana (3 y pico millones de habitantes. Grande para Canadá, minúscula comparada con el DF). Hasta el momento, nada de que preocuparse a este respecto. Tuve la suerte de llegar en la temporada en la que, a decir de muchos québécois (pronúnciese kebecuás), la ciudad brinda su mejor cara. Y es que llegué en junio, justo un par de semanas antes de que comenzara la 28ava edición del famoso festival de Jazz de Montreal. Del 28 de junio y hasta el 8 de julio, el centro de la ciudad se consagró a la buena música, con una gran variedad de conciertos, la gran mayoría gratuitos. El encargado de clausurar el evento fue el músico argelino-francés Rachid Taha, quien logró poner a bailar a los casi siempre serios asistentes. Después del festival de Jazz le tocó el turno al concurso internacional de L’International des Feux Loto-Québec, en el que delegaciones de ocho países participaron durante los miércoles y sábados del 20 de junio al 28 de julio, demostrando su dominio del arte de los fuegos artificiales, cuyo despliegue se sincronizaba con un tema musical. Este año, Gran Bretaña fue el país que se adjudicó el triunfo. Coincidiendo con estas fechas, el festival Juste pour rire (sólo por reír) fue bastante solicitado, y con mucha razón. Para quienes quisieron ver a alguno de los cómicos consagrados que participaron en el evento, hubo espectáculos en varios teatros del centro de la ciudad. Para quienes no éramos verdaderos fans o preferimos no pagar y pasarnos las tardes y las noches en la calle asistiendo a los demás espectáculos, hubo de todo: teatro callejero, filmación de cortometrajes, espectáculos multidisciplinarios, duelo de break dance, proyección de películas, etcétera etcétera. Por si todo esto no fuera suficiente para llenar la agenda de cosas por hacer, al jocoso sólo por reír le siguió el de Les FrancoFolies de Montreal (una semana en la que se presentaron artistas y grupos que cantan en francés), seguido por los festivales de la música africana, las noches de tango, la semana de la música latina, y así por veinte páginas. Obviamente y después de esta breve reseña acerca de la fiebre de actividades que hay en esta ciudad de mayo a agosto de cada año, recomiendo mucho venir a hacer turismo durante el verano. Ahora que el otoño ha comenzado - y tras las infames semanas en las que tuvimos temperaturas de 29 grados durante las noches y hasta 33 durante el día- , el termómetro comienza su lento pero inexorable descenso. Ya no será el turno de los festivales callejeros, pero espera toda una serie de actividades que iré reseñando poco a poco en este espacio



Las bellezas de Colima


Bueno seguimos con La María: si suman toda la belleza del lugar a las bellezas que se alcanzan tras recorrer las rutas, si son buenos para senderear…¡Guauuuuuu!

No me tocó llegar del otro lado porque iba con mi mamá y ella se quedó esperándonos en uno de los comederos, aparte si no llevan el equipo, es difícil el terreno en temporada de lluvia por lo resbaladizo. Requieren sus bastones para trekking, son importantes. Saliendo de la laguna, llegamos a conocer Aragón “La Becerrera”, ya era tarde y empezaba a oscurecer. Ahí nos recomendaron con una Señora de un modesto restaurante llamado “Fonda de Doña Ester”, ¡Caramba! Las puras tortillas hechas a mano y sus maravillosas vistas…¡Valen la pena!






Amén de aquéllos a los que les guste apreciar una auténtica cocina antigua: fogones y leña, en donde los miembros de la familia ayudan todos y mientras nos preparan una salsa molcajeteada, echan una tras otra las tortillas al comal que saben a gloria, y conste que como yo camino para comer, y disfruto los placeres de la gastronomía sin problema, (No es presunción, es para que chequen la importancia de practicar deporte para no engordar) les digo que pocas tortillas con ese sabor al maíz real, auténtico, con el propio olor de la leña…ya estoy salivando como lobo feroz, jejeje. ¿Y saben por cuanto desayunan con Doña Ester? Pues lleven su cartera bien “pachoncita”, porque requerirán unos $25 pesos por personita. ¡Jajajaja! Pidan cualquier guisado que Doña Ester preparó del día y notarán el sabor casero, hogareño y sobre todo de antaño.




Luego pidan un café con leche recién ordeñada y hervida, unas galletitas que sirven que saben igualmente ricas, frijolitos, quesito, y terminarán devorando todo para seguir con sus caminatas por los maravillosos lugares de Colima, Estado que me tiene enamorada a más no poder, a pesar de que ya tuve un encuentro cercano con la hiedra venenosa (Sumac venenosa, poison ivy) que nos tuvo ¡2 semanas que nos arrancábamos la piel!, ¡jajajajajaja!, y eso que estamos muy al sur para que exista por acá esa planta. Bueno amigos, los dejo con la mejor prueba de lo que les platico, mis fotos.

¡Saludos y acá los esperamos con todo para caminar! Colima se disfruta al 100% a pie, con breves intervalos de carretera.

¡Hasta la próxima!


Continuemos. Pasando Cofradía, seguimos de frente hasta llegar al señalamiento que indica: “Laguna La María” del lado derecho de la carretera, y “La Becerrera” del lado izquierdo, digamos que de zuchitlán está a unos 6 kilómetros. Tomen cualquiera que prefieran conocer primero dependiendo de la hora.

Sugiero primero ir a “La María”. Si no han desayunado o comido, aquí hay un pequeño pero limpio restaurante con muy buen servicio y comida sencilla.

Para acceder a la Laguna, pagan una pequeña tarifa de 6-8 pesos por persona.

Les mando varias fotos que considero les provocarán inmensos deseos de conocer por acá.

En la zona de la laguna pueden practicar el trekking o senderismo en cualquiera de sus rutas señaladas para principiantes, intermedios o avanzados.

Hay zonas para acampar, e incluso existen asadores para preparar su carne y comer ahí una parrillada. Se puede practicar la pesca deportiva y recorrer sus hermosos caminos y veredas.






Si gustan, pueden rentar ahí mismo una cabaña que les dará derecho de utilizar una alberca bastante limpia para complementar su estancia con una actividad extra. Los precios están en alrededor de los $350.00 por noche por cabaña para 2-4 personas. Verán que están bastante bien para el módico precio, incluidos los jardines y su restaurante en el que están dispuestos a dar servicio diario aunque sean sólo 2 personas las que lo soliciten, siempre y cuando queden de acuerdo con la administradora. ¿Qué tal eh amigos? ¿Qué más pueden pedir por $350.00?

Claro que si cuentan con módicos 40 dolaritos para desayunar con categoría especial…está un pequeño y lujosísimo hotelito con al que no los dejarán entrar, para que ni le busquen, excepto un pequeño trecho de entrada al restaurante, se llama: “Hotel hacienda de San Antonio” y está considerado uno de los super exclusivos a nivel mundial (Small Luxory hotels of the world). Sus jardines dicen que fueron diseñados inspirados en el famoso Palacio de la Alhambra.

Las suites normales miden entre 60 y 70 mts. cuadrados, cuentan con 3 suites de lujo (Sí, mñas lujosas) Ahí han llegado celebridades en helicóptero o avioneta, y no permiten el paso de nadie, excepto los empleados que estén estrictamente permitidos para no molestar al huésped. ¿Precios de sus habitaciones? Alrededor de 800…¡Dólares! por noche, en las suites más económicas. Si van a desayunar ahí…¡Ni carguen sus cámaras! Se verán muy nacos tomándose fotos con los meseros.

Las bellezas de Colima 1

¡Saludos a todos los que leen esta página! Seguiré con mi “Recorrido de la mano” por el bello Mpio. de Comala en el maravilloso estado de Colima. Hoy les platicaré de la zona de la “Becerrera” y la “Laguna de La María” Saliendo rumbo a Comala, atravesamos la ciudad y llegamos al entronque de la carretera a Zuchitlán, ¿recuerdan que les escribí sobre este lugar en particular y cómo llegar desde Nogueras atravesando una pequeña barranca? Bueno, hoy viajamos por carretera rumbo a la llamada “Zona Mágica”, en donde hasta hoy no he podido “aparcar” mi carro para tomar fotos de este lugar tan particular, porque no han hecho una salida cómoda para que el turista no estorbe al paso de los que transitan por aquí, y por lo tanto de este lugar no les tengo fotos. Pero les cuento que aquí si tiran agua de una botellita desde su puerta del carro, el agua, al igual que en la “Cabaña del Tío Chueco” que hay (¿Había?) en lo que era Reino Aventura en el D.F., allá por el sur de la ciudad y que hoy es Six Flags, ¡Sube por la carretera! Al menos ese es el efecto visual que dá, igual si detenienen su vehículo y lo ponen en neutral…¡Sube la cuesta! Por eso se llama: “Zona Mágica”. Espero que el municipio se dé cuenta que hay que hacer algo si es que queremos figurar como una de las “13 Maravillas de México” para mejorar estos aspectos que causan mucha molestia, más que al turista, a los que viven o viajan por la zona que ya no les interesa la “magia” de la Zona.


En lo personal le doy mi voto a Colima pues lo reúne todo en poco espacio y con aceptable infraestructura turística para todos los niveles socio-económicos. Ya saben que en Comala están los preciosos Hostales y ahora abrieron uno recientemente que se llama “Hostal de Ami”, que ofrece, además de la atención personal de su dueña, Susana Medrano, instalaciones super acogedoras, con bellos detalles artísticos que denotan un gusto exquisito y servicio incluido de cancha de tenis y desayunito sabroso y gourmet o regional. ¡Maravilloso! ¿Su correo y página web? ¡Cómo no! Aquí están: Recuerdan que hace unos días les comentaba de un viaje por el Sultanato de Oman. Nuestro recorrido se hizo principalmente por la costa del Golfo Pérsico. Amaneció en nuestro campamento, el calor ya estaba dando las primeras señales de su poderío y sin bañar por supuesto, decidimos acercarnos nuevamente a la civilización. Recogimos rápidamente nuestras cosas y emprendimos el camino hacia la capital Mascate. Después e hacer una parada técnica en un pueblito pesquero para comer algo nos refugiamos en un Wadi, algo así como un oasis, escondido en las faldas de la montaña, no lejos del mar. El espectáculo era impresionante. Tuvimos que dejar el Jeep estacionado bastante lejos e iniciamos nuestro recorrido a pie hacia el interior del wadi. Básicamente se trata de un manantial de agua ubicado en el interior de la montaña del cual sale un pequeño río que desemboca en el mar. Por supuesto la naturaleza es extraordinaria y a lo largo del río todo cambia. Una abundante vegetación, pequeñas lagunas de agua cristalina, pájaros cantando y un acierta frescura rompen con el ambiente árido de la montaña desértica de rocas y arena. Recorrimos las orillas del río, refrescándonos con unos baños en las lagunas naturales, el agua fresca y limpia nos hacia olvidar calurosa mañana que azotaba fuera de este oasis y eso era realmente la gloria. Había que seguir el camino así que no tuvimos otra opción que continuar por la costa ya que teníamos que llegar a Mascate antes del anochecer. Y casi lo logramos. Después de unas cuantas paradas para admirar el paisaje y tomar algunas fotos llegamos al anochecer a la mítica capital de Omán. De regreso a nuestro recorrido llegamos a un fuerte militar bastante espectacular. Muy bien restaurado. Por desgracia ya era tarde y no pudimos visitarlo por completo. Apenas no permitieron entrar y a los 10 a 15 minutos tuvimos que abandonar el lugar, el sol ya estaba cayendo. Volvimos a emprender nuestro camino por al costa pero ya era casi de noche. Como la carretera era bastante buena no aventuramos a manejar un poco de noche. Por ahí de las 21h00 ya queríamos comer así que hicimos un aparada en otro de los tantos pueblos pesqueros para cenar algo. Esta vez no tuvimos la misma suerte como para conocer un lugareño que nos invitara a su casa, así que nos limitamos cenar en típico arroz con pollo y seguimos nuestro camino. Llegada las doce de la noche ya necesitábamos descansar. Como nos creíamos unos aventureros, y estábamos “equipados” con nuestras camas plegables, linternas y “sleeping bags” (totalmente innecesarios por cierto ya que la temperatura exterior, era de día como de 45 a 50° y de noche no bajaba de los 25°) decidimos hacer una parada cerca de la carretera, en medio de la nada, en un lugar un poco apartado que se veía tranquilo. Y así, muy confiados en nosotros mismos instalamos nuestro pequeño campamento. Peor no sabíamos lo que nos esperaba. Nunca habíamos acampado en una zona desértica, y por supuesto no sabíamos muchas cosas de lo que pasa en un desierto rocalloso de noche. Nos acostamos (por cierto, les dije que no teníamos tienda de campaña y que nuestras camas estaban al aire libre?) sintiéndonos todavía unos grandes aventureros, dejando que la fogata se consumiera lentamente. Una vez en la oscuridad total, viendo el magnifico espectáculo de un cielo lleno de estrellas pero sin luna, comprendimos que algo era diferente. Empezamos a escuchar ruidos y mas ruidos. Ruidos de pequeños estallidos, de “cosas”, probablemente animalitos corriendo a nuestro alrededor. Con nuestras linternas en mano tratábamos de romper la oscuridad y ver que había a nuestro alrededor. Nunca logramos ver

pedraza algo concreto. Supusimos que los pequeños estallidos provenían de las rocas a causa del cambio de temperatura. Supusimos que los ruidos de animalitos corriendo eran de pequeños roedores que eran tan rápidos que no alcanzábamos a verlos. Supusimos muchas cosas sin tener ninguna seguridad excepto la de no poder dormir. Cuando llego el amanecer fue un verdadero alivio, en realidad si habíamos logrado dormir unas horas, ya demasiado cansados como para seguir combatiendo los misteriosos ruido de al noche y dejando nuestras vidas en manos del destino. Fotografías: Philippe SAEZ (fotografías analógicas escaneadas)


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